Nuestra piel tiende a acumular residuos y toxinas procedentes del metabolismo de la piel y de agentes externos (residuos de las cremas, polución…).
Por otra parte, la regeneración natural de la piel produce una capa córnea que quita luminosidad a la piel y la hace impermeable a los cosméticos.
Ventajas de la limpieza de cutis
- Elimina impurezas, toxinas y exceso de grasa
- Prepara la piel para hacerla más receptiva a cualquier tratamiento
- Imprescindible en pieles acneicas o con tendencia a impurezas
Un tratamiento de higiene facial que devuelve brillo y luminosidad a tu piel
El objetivo del tratamiento es descongestionar, equilibrar, oxigenar y liberar las impurezas de la piel.
En qué consiste el tratamiento
- Exfoliación con productos naturales. El primer paso es retirar la capa córnea epidérmica. Utilizamos en primer lugar un exfoliante que retira la capa córnea de una forma mecánica y a continuación un peeling enzimático, que realiza una exfoliación epidérmica un poco más profunda. En ningún caso se produce agresión a la piel ni enrojecimiento.
- Dilatación suave y humectación del poro aplicando radiofrecuencia y gel conductor altamente hidratante durante 20 minutos. Además de preparar el poro para la extracción, la radiofrecuencia mejora:
- La microcirculación de la piel produciéndose un aporte interno de agua, oxígeno y nutrientes; la forma más natural de hidratar y nutrir la piel.
- Estimula la formación de colágeno y elastina imprescindibles para prevenir y mejorar la flacidez y las líneas de expresión.
- Extracción cuidadosa de impurezas para evitar que queden marcas y rojeces en la piel. Muy importante en pieles sensibles y con tendencia rosácea.
- Aplicación de aceites esenciales o vegetales (se selecciona el más adecuado en función del tipo de piel) cuya finalidad es nutrir la piel y aportar la capa lipídica indispensable para el buen funcionamiento de las membranas celulares.
- Masaje cráneo facial que te liberará de las tensiones diarias, produciendo un profundo estado de relajación imprescindible en cualquier tratamiento de belleza.
- Aplicación de mascarillas adecuadas a cada tipo de tipo de piel (hidratantes, nutritivas, mineralizantes…). La piel relajada y con la circulación más activa está preparada para recibir todos los nutrientes que las mascarillas aportan, alimentando las capas más profundas de la epidermis.
- Terminamos con la aplicación de una crema ligera adecuada a cada tipo de piel y crema protectora si existe riesgo de exposición solar después del tratamiento.
Por qué es importante la limpieza facial
Nuestra piel tiende a acumular residuos y toxinas procedentes tanto del propio metabolismo de la piel como de agentes externos (residuos de cremas, polución…).
Por otra parte la regeneración natural de la piel hace que las células de la epidermis se vayan sustituyendo por células nuevas. Las más superficiales pierden vitalidad y forman una capa córnea que hace que la piel pierda luminosidad y además la hace más impermeable a los productos cosméticos habituales.
El ritual cotidiano de limpieza es imprescindible para mantener la piel limpia y saludable. Sin embargo, cara cierto tiempo es necesario completarlo con una limpieza profesional para restaurar los niveles de higiene necesarios y mantener el rostro perfecto. De esta forma prevenimos y corregimos brillos, impurezas, sequedad y tirantez.
Se recomienda al menos una limpieza en cada cambio de estación. Aunque según los tipo de piel puede ser necesario realizarlo con más frecuencia.
Recomendaciones para el mantenimiento de la higiene de la piel de tu cutis
Tan importante es cuidar tu piel durante el día como hacerlo cada noche. Por la noche es cuando más debemos prestar atención a nuestra piel y dedicarle un poquito de nuestro tiempo para mantenerla bonita y sana, puesto que cuando dormimos la piel descansa, se regenera y todos los procesos de reparación se activan.
Pasemos a ver más en profundidad, cuáles son los cuidados básicos que debemos realizar antes de acostarnos y que deberíamos incorporar en nuestra rutina diaria.
Limpiar:
Primero desmaquillaremos la piel del rostro aunque no nos hayamos maquillado. Durante el trascurso del día se va depositando toda la polución y la propia grasa que genera nuestra piel. Para ello utilizaremos un gel limpiador acorde a nuestro tipo de piel.
Tonificar:
Tras la limpieza necesitamos refrescar, calmar y dar tonificación a la piel. Las pieles más sensibles necesitan un aporte de frescura para calmar la piel y por supuesto sin alcohol. Para las pieles grasas necesitarán un tónico astringente, que además de calmar ayudará a cerrar los poros.
Exfoliar:
Es recomendable hacerse una exfoliación una vez por semana o cada quince días dependiendo de nuestro tipo de piel. La piel grasa lo requerirá cada semana, incluso dos veces en algunos casos. En cambio, una piel seca o fina, cada quince días o una vez al mes. El tipo de exfoliación a utilizar: Siempre suaves, tipos enzimáticos o tipo tónico.
Hidratar:
Primero, la aplicación del serum. Este paso quizás sea uno de los más importantes. Aunque muchas mujeres tienden a pensar que los serum son lo mismo que la crema hidratante y lo eliminan de su rutina diaria, esto no debe hacerse. Una crema hidratante te “Protege” la piel además de hidratarla, mientras que la función de un serum es potenciar el efecto del tratamiento y reparar la piel durante la noche.
Después aplicaremos la crema hidratante, adecuada a nuestro tipo de piel que ayude a la regeneración para así mantenerla hidratada, jugosa y elástica. Sólo de esta manera podremos conseguir que la piel se vea bonita y sana.
Muchas cremas están especialmente concebidas para ser utilizadas por la noche. Por ejemplo, en el caso de las cremas nutritivas, suelen ser demasiado untuosas para ser utilizadas por el día. Por lo que debemos prestar atención a estos pequeños detalles.
Por último, el contorno de ojos que aplicaremos en pequeños toques por la zona del hueso debajo del ojo y parpado superior siempre con movimientos ascendentes a la sien.