Cada día realizamos un ritual de higiene exterior, limpiamos la piel, el pelo, utilizamos jabones, desodorantes, cremas…
¿Y la limpieza interna? ¿Cuántos de nosotros pensamos que igual que nos ensuciamos por fuera, también nos ensuciamos por dentro?
La limpieza interna es tan importante o más que la externa. El interior del organismo condiciona nuestra salud, y la acumulación de sustancias toxicas que incorporamos a través de la dieta o de la atmósfera que respiramos, pueden ser causa de envejecimiento prematuro y fuente de muchas enfermedades.
Todas estas toxinas afectan a las células, alterando la actividad enzimática, los intercambios celulares, la multiplicación celular…
Todo nuestro cuerpo está formado por células, la piel, los vasos circulatorios, el aparato digestivo, los órganos, los huesos…por lo que cualquier alteración en el funcionamiento de las células se va a traducir en una alteración o daño en el tejido o el órgano correspondiente.
Fuentes de toxinas
– Endógenas:
El hecho de estar vivos, comer y respirar implica un funcionamiento continuo de nuestro metabolismo. El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que generan sustancias necesarias y beneficiosas para la actividad adecuada de los tejidos y órganos que forman nuestro cuerpo, pero también produce muchas sustancias de deshecho, la mayor parte de las cuales son evacuadas del organismo por las vías de eliminación naturales.
Pero hay veces que incorporamos determinados alimentos en mayor cantidad de la necesaria, y las sustancias de deshecho (deshechos metabólicos) se producen en una cantidad mayor que la que el cuerpo es capaz de gestionar para su total eliminación, causando problemas en la salud. Por ejemplo, si ingerimos muchas proteínas, tras ser metabolizadas, se produce un excedente de ácido úrico que pasa a acumularse en nuestras articulaciones pudiendo llegar a producir “gota”. O si nuestra dieta contiene muchas grasas saturadas, los productos resultantes de su metabolismo se van a depositar en nuestras arterias ocasionando problemas vasculares.
– Exógenas
Se pueden citar multitud de sustancias perjudiciales que pueden alcanzar el interior de nuestro organismo. Entre las más frecuentes y conocidas citaremos:
Las que llegan por vía digestiva:
. Medicamentos para tratar las enfermedades
. Fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, conservantes, edulcorantes artificiales, colorantes, contenidos en los vegetales, alimentos procesados y conservas.
. Antibióticos contenidos en las carnes de vaca, pollo, cerdo y en la leche, para prevenir o tratar infecciones en el ganado.
. Clembuterol utilizado para el engorde del ganado.
. Metales pesados cada vez más abundantes en el agua por el desarrollo industrial, por ejemplo el aluminio y el bario. En el pescado es frecuente el mercurio procedente de la actividad volcánica, se concentra más en los peces grandes (pez espada, atún…)
Las que llegan por vía respiratoria:
Dióxido de carbono, el monóxido de carbono, los hidrocarburos, los óxidos de nitrógeno, los
óxidos de azufre, todos ellos procedentes de la quema de los combustibles fósiles.
Clorofluorocarbonos que se encuentran en los aerosoles, aires acondicionados, pinturas…
Partículas sólidas procedentes de las actividades industriales, agrícolas y ganaderas.
¿Qué podemos hacer para limpiarnos por dentro?
En general, con las depuraciones vamos a limpiar las principales vías de eliminación del organismo: el tubo digestivo, el sistema linfático, el riñón e hígado. También se pueden realizar depuraciones específicas de otros tejidos y órganos.
Tenemos que buscar métodos que podamos compatibilizar con nuestra actividad diaria y que no suponga un sacrificio excesivo porque si no, no lo haremos.
Un método drástico es el ayuno, pero requiere mucho sacrificio y además no se puede ayunar si se van a realizar actividades físicas o intelectuales. El ayuno limpia pero también hay que tener mucho cuidado porque puede desmineralizar el organismo y provocar deficiencias.
* Evita en lo posible la incorporación de toxinas a través de la dieta
Es lógico pensar que lo primero que se puede hacer es minimizar al máximo la incorporación de estas sustancias, seleccionando alimentos ecológicos. Aunque son un poco más caros pero, están libres de pesticidas, fertilizantes, hormonas, antibióticos y aditivos.
Fuera de los círculos de venta de alimentos ecológicos, podemos decir que las sustancias mencionadas, en casi todos los casos, se encuentran en unas dosis muy pequeñas en los alimentos, muy por debajo de las dosis que causan toxicidad. La recomendación es comer muy variado para no saturar la capacidad de eliminación del organismo y así evitar la acumulación de cualquiera de ellas.
El problema está en que muchos de nosotros no comemos muy variado y además en muchas ocasiones, por falta de tiempo, recurrimos a alimentos conservados y procesados. Y por otra parte, los intereses económicos de la industria de los alimentos y la producción agrícola y ganadera, recurre continuamente a estas sustancias. Esto implica que todas estas sustancias, con el tiempo, se van a acumular y van a ensuciar nuestro organismo.
* Evita el café y el alcohol
Además de la cafeína, la planta del café está expuesta a plaguicidas y herbicidas. Son plantas delicadas.
El alcohol, además de ser un tóxico para el sistema nervioso, y producir en su metabolismo acetaldehído que reacciona con la dopamina endógena produciendo descoordinación y movimientos torpes, produce otra serie de efectos tóxicos por acumulación de sustancias que en exceso son nocivas para las células. El alcohol disminuye la eliminación de ácido úrico por el riñón, favorece el depósito de triglicéridos en el hígado, condensa aminas biógenas produciendo toxicidad en las células hepáticas. Además desactiva el glutatión, antioxidante natural que neutraliza los radicales libres, favoreciendo la oxidación y el envejecimiento celular.
* Evita las toxinas del medio ambiente. Esto puede ser complicado, sobre todo en la época moderna donde la contaminación del aire y el uso excesivo de productos químicos es tan generalizado. Siempre que sea posible, trata de rodearte de aire limpio y fresco, y evita respirar el smog de la ciudad y el humo de las fábricas.
* Tomar agua abundante, a través del agua mineral o de frutas y hortalizas con alto contenido en agua, como la sandía, las fresas, los pepinos, los tomates…. También se puede tomar en forma de infusiones, seleccionando aquellas con efecto depurativo como tomillo, sauco, manzanilla, cola de caballo, hojas de fresa, té de diente de león, té de regaliz, té de bardana.
* Tomar más fibra ayuda al intestino a deshacerse de toxinas acumuladas en el tracto digestivo. Fuentes de fibra: verduras, cereales integrales, frutas sobre todo si se toman con cascara.
* Tomar “superalimentos”
Hay una clase de alimentos que son tan buenos para la salud, tan ricos en nutrientes como vitaminas, minerales y antioxidantes, y que contienen tantas propiedades extraordinarias que se han sido denominados “superalimentos”. Estos alimentos son también ricos en los llamados fitonutrientes, los cuales ayudan a la eliminación de toxinas y deshechos del organismo, manteniendo alejadas muchas enfermedades.
Un superalimento nunca es procesado y debe consumirse preferentemente crudo. Podemos citar: Ajo, tomates, frutos rojos, brotes verdes, frutos secos, semillas, remolacha. También hay otros que sin ser considerados superalimentos también tienen muchas propiedades beneficiosas para el organismo: arándanos, manzanas, berro, apio, coles de Bruselas, repollo zanahorias, papaya, plátano y arroz sin procesar
* Los limones, junto con otras frutas cítricas como la toronja y la lima, son ampliamente aceptados como uno de los mejores limpiadores naturales para el cuerpo. Es por eso que los limones son a menudo un componente de vital importancia en muchas recetas de limpiadores naturales. El ácido cítrico en los limones tiene la capacidad de disolver las toxinas en el cuerpo, lo que permite eliminarlas a través de la orina.
* Limpiezas con homeopatía
El Dr. Leon Vannier, fundador del Centro Homeopático en Francia y director de la revista “Homeopatía Francesa”, comenta que ciertas medicinas homeopáticas tienen preferencia por ciertos órganos y que dadas a diluciones bajas (según las leyes de Arnz-Schultz), producen un estímulo en el órgano y le obligan a drenar y limpiar las toxinas en profundidad.
En su libro de Terapéutica Homeopática, enumera una serie de medicinas y el órgano que drenan o limpian
Mucosas: Pulsatilla, Hydrastis
Recto: Scrofularia,Nux Vomica
Hígado: Carduus Marianus, Chelidonium, Taraxacum Off.
Páncreas: Iris, Senna
Riñón: Berberis, Formica, Solidago
Bazo: Ceanothus
Útero: Helonías, Thlaspi
Vannier solía prescribir más de un remedio con la intención de que cada uno complementara al otro en su acción sobre el organismo del paciente.
Esa técnica es la que ahora utilizan los médicos homeópatas franceses y que se enseña en el Centro de Estudios Homeopáticos (CDEH – patrocinado por los Laboratorios Boiron).
Los laboratorios homeopáticos, preparan dichos drenantes o “limpiadores” en diluciones muy bajas y los ofrecen a los terapeutas o farmacias. La mayoría de las veces se obtienen mejores resultados que si lo hicieran con unitarios o focalizando sobre un órgano en concreto.
Es recomendable hacerlo bajo supervisión de un homeópata o terapeuta y muy aconsejable favorecerlo con una dieta adecuada y aporte de ácidos grasos esenciales sobre todo omega 3.
¿Qué síntomas produce la homeopatía depurativa y cuándo vemos que la limpieza se ha realizado adecuadamente?
En general, cualquier drenaje que comencéis os producirá en primer lugar mal sabor de boca, lengua sucia y exceso de orina y de heces.
Posteriormente, a la semana o así, desaparecerá la lengua sucia pero puede aparecer diarrea y gases, que pasan en pocos días. No hay que confundir diarrea con heces blandas, que es lo normal en estos casos.
Aumentará la producción de orina e incluso cambiará de color, pudiendo incluso arrastrar alguna arenilla. Hacia el final del tiempo de drenaje en muchos casos se habrán perdido unos tres kilos y te encontrarás en buena forma, sin malestar y con un color de piel renovado y brillante, una mirada limpia y un mejor sabor de boca.
Al final de la depuración homeopática se aconseja restaurar la flora intestinal con preparados probióticos/prebióticos. Es decir aportar al intestino las bacterias beneficiosas y sus sustratos para que se reproduzcan bien y colonicen adecuadamente el intestino.
(Será materia de otro post hablar acerca de la importancia de mantener un equilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino)